A falta de dos días para el inicio de la evacuación de los asentamientos de la franja de Gaza y de cuatro del norte de Cisjordania, las fuerzas de seguridad israelís ya han identificado cuál será el principal problema al que se van a enfrentar durante el desalojo: la presencia de miles de colonos procedentes de Cisjordania que se han atrincherado en tiendas de campaña y casas de residentes en las colonias de Gaza con la intención de ponerles las cosas difíciles a policías y soldados. Oficialmente, el Ejército cifra en 2.500 las personas que se han infiltrado en Gush Katif, aunque algunas fuentes policiales elevan esta cifra hasta 5.000 e, incluso, 7.000.

"Las fuerzas de seguridad sabrán distinguir entre los residentes y los que han venido de fuera, aunque todos deben saber que policías y militares actuarán sin contemplaciones", dijo el ministro de Defensa israelí, Shaul Mofaz. Fuentes israelís centran en las colonias de Kfar Darom, Nevé Dekalim y Netzer Hazani los mayores focos de infiltrados.

ADOLESCENTES En cualquier caso, la gran mayoría de ellos son adolescentes, apenas quinceañeros en muchos casos. El ambiente en los campamentos de tiendas de campaña situadas en la playa es festivo, una especie de colonias de verano en las colonias de Gaza para este jovencísimo ejército naranja.

Desde Jerusalén, los líderes de los colonos siguen criticando al primer ministro, Ariel Sharon, y prometiendo un amanecer naranja que obligará a paralizar la evacuación. La nueva estrategia de los ultranacionalistas, tras fracasar todas sus marchas naranjas hacia Gush Katif, es bloquear los accesos a los asentamientos de Gaza para impedir el paso a los camiones de mudanza.

Mientras, el Banco Mundial ha logrado que un fondo de inversión privado pague a los agricultores de Gush Katif 14 millones de dólares por sus invernaderos, que después serán traspasados a los palestinos.