El presidente de Bolivia, Evo Morales, defendió ayer, en sesión solemne en el Parlamento Europeo, su decisión de nacionalizar los hidrocarburos, aunque sostuvo que en este proceso no "se expulsa a nadie, ni se expropia a nadie".

El discurso del mandatario cosechó los aplausos de las filas de la izquierda, que le recibieron y despidieron en pie, mientras el conservador Partido Popular Europeo se ausentó casi totalmente del hemiciclo en señal de protesta contra su política.

Sin utilizar un texto escrito y pidiendo excusas por su "nerviosismo", Morales hizo hincapié en que la nacionalización del gas y el petróleo es clave en su política contra la pobreza.

"Para distribuir la riqueza, tenemos la obligación de nacionalizarla", dijo.

No obstante, subrayó que la medida se apoyará en "el diálogo" y que mediante ella "no se expulsa a nadie, ni se expropia a nadie".

"Cualquier empresa que invirtió en mi país tiene todo el derecho a recuperar su inversión y a las utilidades, pero no al control. Serán socios, no dueños de nuestros recursos naturales", explicó.

Su discurso coincidió con el anuncio hecho en La Paz por su vicepresidente, de que el grupo bancario español BBVA y el de seguros suizo Zúrich tendrán tres días para entregar al Estado las acciones que gestionan mediante fondo colectivo en las petroleras.

En la comisión de Asuntos Exteriores, donde participó en un debate tras su discurso en el pleno, Morales fue interpelado al respecto por el eurodiputado español José Ignacio Salafranca, del Partido Popular.

Explicó entonces que los fondos que hasta la fecha eran administrados por empresas privadas ahora lo serán por las empresas del Estado, pues "son del Estado y del pueblo boliviano", pero que "no se afecta, no se quita a nadie y no se expropia a nadie".

ADMIRA A LA UE En el pleno, expresó "su admiración por la Unión Europea", mostró su compromiso con la "integración en Latinoamérica" y apostó por fraguar entre los dos continentes "una alianza estratégica por la vida".

Destacó, en este sentido, que la ayuda oficial al desarrollo europea, a diferencia de la estadounidense, no es condicionada.

Por otro lado, pidió el apoyo de la UE para que el expresidente boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada y el exministro de Defensa Carlos Sánchez Berzaín, acusados de genocidio en el país andino y residentes en EEUU, sean devueltos a su país para ser "juzgados".

Su comparecencia tuvo como escenario un hemiciclo ocupado sólo en su mitad izquierda, dado que el grupo del PP europeo se quedó representado sólo por su presidente, Hans Gert Poettering, y un puñado de eurodiputados más, entre ellos el español Salafranca. En la Comisión de Exteriores, Morales les reprochó el gesto.