Ya de por sí tensas, las relaciones entre Rusia y la OTAN entraron ayer en una nueva crisis. El Kremlin recogió el guante arrojado por Bruselas y anunció la expulsión del país de dos diplomáticos canadienses que trabajan para la OTAN, en respuesta a la expulsión de la Alianza de dos representantes rusos acusados de espionaje.

"Nuestros socios de la OTAN, al menos los que impulsaron la expulsión de nuestros diplomáticos, no podían esperar otra cosa", declaró el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov. Por otra parte, el ministerio que dirige Lavrov privó de sus acreditaciones diplomáticas a la directora de la Oficina de Información de la OTAN en Moscú, Isabelle François, y a Mark Opgenroth, otro funcionario de la misma oficina.

La Alianza anunció el pasado 30 de abril la expulsión de dos miembros de la representación rusa en Bruselas por su presunta implicación en actividades de espionaje. Bélgica retiró las acreditaciones a Viktor Kochukov y Vasili Chizhov, este último hijo del embajador de Rusia en la UE. A los diplomáticos rusos les expulsaron tras el encarcelamiento de un responsable político estonio que había filtrado documentos secretos a Moscú.

Las relaciones entre Rusia y la OTAN atraviesan la peor crisis desde 1999 cuando la aviación de la Alianza bombardeó Serbia en la guerra de Kosovo, a pesar de las fuertes protestas del Kremlin. La manzana de la discordia esta vez es Georgia, antiguo vasallo de Moscú en la era soviética. El Kremlin envió tropas el pasado agosto para hacerse con el control de Osetia del Sur y Abjasia, dos repúblicas separatistas georgianas que proclamaron su independencia de Tiflis. Moscú, que justificó sus acciones con la operación militar de las tropas georgianas en Osetia del Sur, posteriormente reconoció como estados independientes a las dos repúblicas rebeldes.

LA OTAN, EN GEORGIA La decisión de la OTAN de realizar ejercicios militares en Georgia en mayo, así como la expulsión de los dos diplomáticos rusos, hizo a Lavrov suspender su participación en la reunión del Consejo OTAN-Rusia, que estaba prevista para los próximos 18 y 19 de mayo en Bruselas.

Según Dmitri Ragozin, embajador ruso ante la OTAN, el Kremlin insiste en "la necesidad de celebrar cuanto antes una reunión a nivel de embajadores para discutir y solucionar esta situación de conflicto". "Es inoportuno celebrar en estas condiciones un encuentro a nivel de ministros de Exteriores en el Consejo OTAN-Rusia", dijo Ragozin.