Los reos de la prisión de Guatemala donde han sido asesinados cuatro policías guatemaltecos acusados de haber matado a tres diputados salvadoreños se han amotinado y han tomado como rehenes a cuatro funcionarios del presidio.

Un portavoz del Sistema Penitenciario de Guatemala declaró a la prensa que los reos "tiene como rehenes a cinco miembros del personal administrativo y de seguridad" y se niegan a liberarlos.

"Estamos negociando con lo reos para que liberen a los rehenes, para luego proceder con las investigaciones del asesinato de las personas muertas en el interior de la cárcel", precisó.

Rolando Yoc, funcionario de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) de Guatemala, declaró, por su parte, que los reos "han tomado como rehenes al alcaide de la prisión, al jefe de seguridad y a otras tres personas" y exigen a las autoridades el ingreso de los periodistas "para garantizar que no habrá represalias en su contra".

Los hechos tienen lugar en la prisión de máxima seguridad conocida como "El Boquerón", en la ciudad de Cuilapa, 66 kilómetros al este de la capital guatemalteca, donde fueron asesinados en la tarde del domingo los cuatro policías guatemaltecos acusados de matar a tres diputados salvadoreños del Parlamento Centroamericano (Parlacen) y a su chófer el pasado lunes.

Según la versión preliminar de los hechos, un comando de hombres armados ingresó a la prisión, donde primero degolló y luego tiroteó a los presunto asesinos de los legisladores salvadoreños.

Unos 200 agentes de la PNC y soldados con equipos antidisturbios se encuentran en las afueras de la cárcel, en espera de que las autoridades negocien con los reos para poder ingresar.

Los reclusos amotinados, según Yoc, son miembros de la Mara Salvatrucha, importante pandilla callejera guatemalteca que teme represalias de parte de las fuerzas de seguridad tras el asesinato de los agentes de la PNC Luis Arturo Herrera López, José Korki López Arreaga, José Adolfo Gutiérrez y Marvin Langen Escobar Méndez.

Ningún funcionario de la PNC o del Ministerio guatemalteco de Gobernación (Interior) ha informado oficialmente sobre los hechos que ocurrieron la tarde del domingo en el interior de la presión, ni sobre el motín posterior.

Los policías asesinados son acusados por las autoridades guatemaltecas de haber participado en la muerte de los diputados salvadoreños al Parlamento Centroamericano (Parlacen), William Pichinte, Eduardo D'Aubuisson y José Ramón González, además de su chófer, el policía Gerardo Napoleón Ramírez.

Los cadáveres calcinados de estas cuatro personas fueron hallados el pasado lunes en la carretera que une Guatemala y El Salvador, a la altura del kilómetro 36, en la comunidad de Villa Canales.

Los agentes, según las primeras investigaciones, utilizaron un vehículo de la policía para interceptar la camioneta en la que se desplazaban los legisladores salvadoreños, que pertenecían a la gubernamental Alianza Republicana Nacionalista (ARENA).

Según las autoridades guatemaltecas, el móvil del asesinato de los diputados y su chófer fue el narcotráfico, sin más precisiones.