La tensión entre los camisas rojas atrincherados en el centro de Bagkok y el Ejército tailandés, que ultima una operación de asedio, crece por momentos. Un manifestante ha muerto tras recibir un impacto de bala en la cabeza y al menos ocho han resultado heridos en los enfrentamientos entre ambas partes. Entre los heridos está un líder de la revuelta, el general rebelde Khattiya Sawasddipol.

El general Khattiya Sawasddipol se desplomó sobre el suelo herido de bala al mismo tiempo que los camisas rojas lanzaban cohetes desde la barricada para advertir de la proximidad de soldados y comenzaran a evacuar a un lugar seguro a las mujeres y niños que se encontraban entre los manifestantes.

Khattiya, que vestía uniforme militar de campaña, fue ingresado en estado grave en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Hua Chiew, en el área de tres kilómetros cuadrados de extensión que está bajo el control de los manifestantes antigubernamentales.

Las autoridades tailandesas dictaron el pasado abril una orden de búsqueda y captura contra Khatttiya después de acusarle de la muerte de varios militares durante los enfrentamientos librados ese mes entre las fuerzas de seguridad y manifestantes.

A LA ESPERA DEL DESALOJO

Varios miles de manifestantes continúan tras las barricadas y empalizadas a la espera de que las tropas emprendan acciones para desalojarles.

Desde que comenzaron hace dos meses las protestas, un total de 29 personas han muerto y unas 1.000 han resultado heridas en enfrentamientos entre manifestantes y efectivos de las fuerzas de seguridad, en la explosión de artefactos y en ataques.

Los manifestantes consideran que el Gobierno integrado por una coalición de seis partidos y encabezado por Abhisit Vejjajiva, y al que respaldan la élite monárquica y el Ejército, es ilegítimo por haber llegado al poder mediante pactos parlamentarios en vez de las urnas. Reclaman la disolución del Parlamento, la dimisión del primer ministro y la convocatoria de elecciones.