Laura Chinchilla, una elegante politóloga de 50 años, agradecía ayer a la Virgen de los Angeles, en la basílica de Cartago, ser la primera mujer elegida presidenta de Costa Rica, uno de los países más estables de América Latina. El domingo, los electores costarricenses se volcaron en las urnas para dar a la candidata oficialista casi un 47% de los votos, el doble que a sus contrincantes, con el objetivo de que el país centroamericano mantenga otros cuatro años su rumbo político tradicional en medio de una gran afluencia turística. "Estamos haciendo historia", afirmó Chinchilla, ya presidenta electa.

Antes de viajar a Cartago, los emocionados agradecimientos de Laura Chinchilla fueron para el pueblo, que le dio "el más preciado de sus bienes: su confianza". Y también para el Gobierno saliente, por su "buen trabajo". Dentro de tres meses, Chinchilla sustituirá a Oscar Arias. Los resultados confirmaron que era la candidata perfecta en el socialdemócrata Partido Liberación Nacional (PLN), que ha gobernado 32 de los últimos 50 años.

En la madrugada de ayer, el Tribunal Supremo Electoral le otorgó una victoria que hacía innecesaria una segunda vuelta electoral. Chinchilla rozó el 47% de los votos, mientras Otton Solís, del centroizquierdista Partido Acción Ciudadana (PAC), logró el 25%, y Otto Guevara, del derechista Movimiento Libertario (ML), menos del 21%.