La ONU criticó ayer duramente el ataque de EEUU contra un supuesto dirigente de los talibanes en la provincia de Ghazni (Afganistán), que el sábado causó la muerte de nueve niños. La organización reclamó una investigación inmediata para determinar las causas del incidente.

EEUU tiene la "obligación" de proteger a los civiles, destacó el enviado especial de la ONU para Afganistán, Lakhdar Brahimi, al "lamentar profundamente" el suceso. Brahimi recalcó que "este incidente alimenta una sensación de miedo e inseguridad". El representante de la ONU alertó de que "este tipo de errores tiene un impacto negativo entre la población", a la que no se compensa por estas pérdidas: el Pentágono no ofrece reparaciones a las familias de víctimas inocentes.

El del sábado no es el primero ni el más sangriento de los bombardeos estadounidenses en Afganistán que han provocado víctimas inocentes. En diciembre del 2001, murieron 65 dirigentes tribales a los que se confundió con talibanes. En julio del 2002, 48 asistentes a una boda fallecieron por bombas aliadas.

EXPRESION DE PESAR Los militares estadounidenses expresaron ayer su pesar por el "trágico incidente" que conllevó la muerte de los pequeños, que jugaban en una casa de Hutala, a 135 kilómetros al suroeste de Kabul. El Pentágono anunció la apertura de una investigación.

Un avión A-10 Warthog de EEUU bombardeó la vivienda porque los militares tenían "información segura" de que en ella estaba el mulá Wazir. Wazir murió en el ataque, según EEUU. Fuentes locales citadas por la BBC dijeron que Wazir abandonó el pueblo 10 días antes.