De Gaulle explicó que cada solución engendra un problema. Eso es lo que sucede con la intervención en Irak: la resolución del Consejo de Seguridad, al considerar potencias ocupantes a Estados Unidos y el Reino Unido legitima a posteriori una intervención ilegal y refuerza a quienes, como España, aspiran a poder participar en la reconstrucción y los subcontratos. El principal problema es que hay que aceptar las condiciones de quien manda: abandonar Um Qasar y el mandato británico y aceptar el polaco. Todo lo demás, hablar de coliderazgo o rememorar las Azores, es pura elocuencia.