Para exorcizar el miedo al fiasco que se produjo en el año 2002, cuando el ultraderechista JeanMarie Le Pen pasó a la segunda vuelta tras descalificar al socialista Lionel Jospin, los franceses acudieron ayer en masa a las urnas. La participación batió todos los récords de los últimos 40 años en la primera vuelta de las presidenciales alcanzando el 84,56%, ya que hay que remontarse al año 1965 para encontrar algo similar, cuando la participación fue del 84,75%.

Solo un 15,23% de los 44,5 millones de electores inscritos en el censo electoral francés --en el país vecino, los ciudadanos deben apuntarse voluntariamente en la lista-- se abstuvieron de ejercer el derecho a voto.

A pesar de que el clima era muy veraniego y se trataba del último domingo de las vacaciones escolares de primavera --factor que hace cinco años jugó en contra de la participación ciudadana--, los franceses no quisieron correr riesgos.

Las colas se formaron en los colegios electorales desde primera hora de la mañana. Al mediodía, el tiempo de espera para votar podía ser superior a una hora. En las ciudades extranjeras con más residentes franceses como Londres, Pekín o Barcelona hubo también colas para ejercer el derecho al voto.

DIFERENCIA HORARIA La tendencia a batir los récords por una alta participación ya se anunció el pasado sábado en los territorios de ultramar, donde la votación se inició con antelación para compensar la diferencia horaria. Un total de 1,4 millones de ciudadanos depositaron su voto en estas circunscripciones situadas en el Caribe y en la Polinesia.