El programa secreto de asesinatos selectivos de líderes terroristas que la CIA empezó a planificar tras los atentados del 11-S y que se mantuvo oculto al Congreso durante ocho años por orden de Dick Cheney estaba a punto de entrar en una fase operativa de entrenamiento cuando fue suspendido, según reveló ayer The Washington Post .

Las nuevas informaciones mantienen viva la polémica tanto por el plan como por su ocultación, un escándalo que amenaza con forzar a la Administración de Barack Obama a superar sus reticencias e investigar formalmente lo ocurrido. Mandos de la CIA, según lo publicado ayer, proponían reactivar el plan para entrenar a equipos especiales fuera de Estados Unidos. Cuando el actual director de la agencia, Leon Panetta, tuvo conocimiento de esa reactivación, congeló la operación e informó al Congreso.