La policía alemana ha comenzado a hacer uso de cañones de agua y gases lacrimógenos para dispersar a los miles de manifestantes antiglobalización que han conseguido alcanzar a pie la valla de seguridad que rodea el balneario de Heiligendamm.

Pocas horas antes del comienzo de la cumbre de jefes de Estado y Gobierno del Grupo de los Ocho (G8), unas 6.000 personas, según distintos medios alemanes, han logrado llegar hasta la valla de mas de diez kilómetros que rodea el balneario, en una protesta que se desarrollaba hasta ese momento de manera pacífica. La policía ha tomado posiciones al otro lado de la cerca, mientras unidades antidisturbios tratan de rodear y controlar a los manifestantes para evitar que consigan incluso saltar la barrera de seguridad.

Los manifestantes, entre los que figuran algunos activistas encapuchados del llamado "bloque negro", han cortado además una de las dos únicas carreteras de acceso a Heiligendamm. Igualmente han logrado bloquear la vía férrea que une la población de Kühlungsborn, donde se encuentra ubicado el centro internacional de prensa, con el balneario de Heiligendamm. El tren de vapor que circula por esa vía es el único medio de transporte que los periodistas pueden utilizar para llegar a Heiligendamm.

Según una sentencia del Tribunal Superior Administrativo de Greifswald, contra la que hay en curso una apelación ante el Tribunal Constitucional alemán, está prohibido manifestarse a una distancia de entre cinco y diez kilómetros de la valla de seguridad que rodea Heiligendamm.

Los manifestantes que han logrado llegar a la citada valla lo hicieron en varias columnas desde distintos puntos de partida en torno al balneario donde se reúnen desde hoy y hasta el viernes próximo los jefes de Estado y Gobierno del G8 (EEUU, Canadá, Francia, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia -los siete países más industrializados- y Rusia).