Los propietarios de bares, discotecas y clubs del Reino Unido recibieron hace dos semanas una circular de la policía advirtiéndoles de que sus locales figuran entre los objetivos de los terroristas islámicos. A los ojos de los extremistas, estos locales son centros de perversión, donde se consume alcohol y las mujeres van medio desnudas.

El pasado año un tribunal británico condenó a un yihadista de origen indio, Dhiren Barot, que había elaborado un plan para atentar con coches bomba contra discotecas y clubs. En una conversación grabada por la policía, el condenado se refería a las chicas que frecuentan estos lugares como "putillas que van por ahí bailando".

La discoteca londinense Tiger Tiger, a cuya puerta se hallaba aparcado el Mercedes cargado de sustancias explosivas, celebraba en la madrugada del viernes la Ladies Night (Noche de las chicas). La disco estaba llena de chicas, porque esa noche, ellas no pagan entrada y compran las bebidas a mitad de precio.

Una fuente de la seguridad británica, citada por The Sun , cree que los terroristas pudieron elegir esta noche a propósito. "Debían saber que el club estaba lleno de mujeres. Las mujeres occidentales están consideradas como seres inmorales y objetivos legítimos a atacar. No se cubren el cuerpo como las mujeres musulmanas y son vistas como indecentes", afirmó esa fuente anónima.