El presidente ruso, Vladimir Putin, condenó ayer el atentado contra un tren de cercanías en el sur de Rusia y declaró que es un intento de "desestabilizar la situación" poco antes de las elecciones a la Duma (Cámara baja), previstas para mañana.

"Este crimen es un intento de desestabilizar la situación ante los comicios parlamentarios. Estoy convencido de que los criminales no conseguirán sus objetivos. Los ciudadanos no se lo permitirán", aseguró el presidente en una reunión con el fiscal general y el jefe del Servicio Federal de Seguridad. El gobernador de la región de Stavropol mantuvo informado a Putin por teléfono de lo sucedido. El presidente ruso atribuyó el último atentado al "terrorismo internacional, que ha desafiado a mucho países, y sigue siendo una amenaza" para Rusia. "El terrorismo internacional es un enemigo cruel, artero y peligroso", afirmó el líder del Kremlin.

LA INVESTIGACION Putin encargó al Gobierno que ayude a las víctimas e investigue el atentado lo antes posible. "Los servicios secretos deben empeñar todos sus esfuerzos en aclarar este crimen", dijo.