El primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, ha dado un portazo a cualquier intervención del diputado conservador Didier Julia para intentar resolver el secuestro de la periodista Florence Aubenas, capturada en Irak el 5 de enero, junto a su intérprete Husein Hanún al Saadi. El vídeo difundido por los captores, en el que la enviada especial de Libération pedía ayuda al citado parlamentario ha provocado un torbellino de reacciones en Francia que han obligado al Gobierno a reaccionar.

Raffarin considera "inaceptable" que un diputado de su propio partido pida actuar de manera "independiente y con sus propios medios". Tajante, el jefe del Gobierno francés ha dejado claro que no habrá "ninguna diplomacia paralela".

El primer ministro recibió ayer a los responsables de los partidos franceses. Por su parte, el jefe de la Dirección General de la Seguridad Exterior (DGSE), Pierre Brochard, se entrevistó con Julia, quien cree conocer a los secuestradores. Pero, según Raffarin, dicha entrevista no ha aportado elementos nuevos.

El jefe del Gobierno hizo un llamamiento directo a los terroristas: "Francia pide la liberación rápida de Florence Aubenas y Husein Hanún al Saadi. Los queremos ver en nuestro país rápidamente (...) Si los secuestradores quieren establecer negociaciones, que se dirijan sólo a los servicios oficiales franceses".

OPERATIVO NO DESMANTELADO Raffarin instó a "todos aquellos en Francia o en Irak", que estimen tener informaciones útiles, que se dirijan a las autoridades, que están "disponibles día y noche". De hecho, un centenar de personas del Ministerio de Defensa y una quincena de legaciones en el extranjero están movilizados desde el año pasado, a raíz del secuestro de los periodistas franceses Christian Chesnot y Georges Malbrunot, finalmente liberados. El operativo no llegó a desmantelarse dado el poco tiempo pasado entre la liberación de aquéllos y el secuestro de Aubenas. Segun el ministerio, "miles de comunicaciones se han interceptado y analizado".

Julia, el diputado que había intentado actuar por su cuenta el año pasado, considera "absolutamente necesario" que se levante el control judicial que pesa sobre sus dos colaboradores, Philippe Brett y Philippe Evanno, cuyo abogado pedirá hoy viernes al juez que permita a sus clientes poder encontrarse con Julia.

Los dos colaboradores de Julia fueron procesados por contactos "con una potencia o una organización extranjera, o con sus agentes, para atentar contra los intereses fundamentales de la nación", cuando intentaron en vano obtener la liberación de Chesnot y Malbrunot. Las restricciones que les impuso la justicia "les impiden entrar en relación con ciertas personalidades iraquís imprescindibles en este caso", aseguró ayer Julia.