Los secuestradores de los tres trabajadores extranjeros de la ONU --una británica, una kosovar y un filipino-- en Afganistán amenazaron ayer con matarlos si, en tres días, la comunidad internacional no satisface una lista de exigencias. Los captores difundieron una cinta de vídeo para demostrar que los secuestrados están en buen estado de salud.

Los radicales de Jaish al Muslimin (Ejército de los Musulmanes) dirigieron exigencias a la comunidad internacional, a EEUU y demandas concretas a cada país de origen de los tres expatriados. Primero, plantearon que la ONU abandone Afganistán y que "condene la invasión del país por tropas extranjeras". Luego pidieron a EEUU la liberación de "los prisioneros afganos en Guantánamo (Cuba) y en Bagram" (base de EEUU a 50 kilómetros de Kabul) y que "los afganos en prisiones extranjeras sean excarcelados", informa Reuters.

CONDENA DE FILIPINAS Por último, los secuestradores solicitaron la retirada de las tropas británicas y kosovares de Afganistán, pese a que Serbia y Montenegro no tiene tropas en Asia Central. Por último, exigieron al Gobierno filipino que condene la "invasión de Afganistán por parte de las tropas extranjeras".

Los trabajadores, capturados en Kabul el jueves, son la británica Annetta Flanigan, esposa de un español; el filipino Angelito Nayan y la kosovar Shqipe Habibi, empleados de la comisión electoral que organizó las elecciones en octubre. El primer ministro británico, Tony Blair, y el presidente afgano, Hamid Karzai, hablaron por teléfono del secuestro. Karzai dijo tener "pistas precisas" de los captores.

Nada más difundirse el vídeo, la ONU reaccionó: "Podemos confirmar que estas tres personas son nuestros colegas; nos alivia que, en apariencia, no estén heridos", declaró el portavoz de la ONU en Afganistán, Manuel de Almeida e Silva.

El diario paquistaní The News , citando al presunto líder del grupo, Syed Akbar Agha, afirmó que dos mediadores afganos negocian ya con los captores. Y el embajador filipino en Pakistán, Jorge Arizabal, viajó hasta Kabul para seguir el secuestro.