El complot contra Brown evidencia sus discrepancias con el ministro de Finanzas, Alistair Darling, y con Peter Mandelson, ministro de Negocios y número dos de facto del Gobierno. Darling cree que si hay ingresos deben ser para reducir la deuda pública y no para incrementar el gasto, como quiere Brown. Mandelson discrepa con Brown en su idea de centrar en términos de clase las diferencias con los tories.