La consejera de Seguridad Nacional de EEUU, Condoleezza Rice, admitió ayer ante la comisión que investiga el 11-S que el país estaba "ciego" sobre la amenaza que representaba Al Qaeda antes de los atentados que mataron a más de 3.000 personas.

"EEUU estaba ciego sobre lo que estaba a punto de ocurrir", manifestó Rice, quien achacó el problema a fallos estructurales en los servicios de inteligencia, y a trabas legales y burocráticas heredadas por el gobierno del presidente George W. Bush.

Después de meses de negarse a hacerlo, la consejera compareció en público y bajo juramento ante la comisión para defender el papel de Bush y su Gobierno en materia de seguridad y lucha antiterrorista en sus siete meses de gestión previos al 11 de septiembre de 2001.

Rice rebatió a quienes acusan al presidente de ignorar la amenaza que representaba la red terrorista de Osama bin Laden y repitió que fue imposible evitar el 11-S: "No había una solución mágica que hubiera prevenido los atentados". La asesora del presidente subrayó que desde el principio "la primera, principal y prioritaria directiva en política de seguridad de la administración Bush era la eliminación de Al Qaeda".

La consejera respondió a las acusaciones hechas ante la misma comisión por el ex asesor de la Casa Blanca en materia de terrorismo Richard Clarke, quien afirmó hace dos semanas que Bush ignoró durante meses la amenaza de la red dirigida por Bin Laden. Rice defendió el papel del Gobierno en el manejo de la información que había recibido sobre el riesgo de un atentado de Al Qaeda en EEUU.