Rusia recurrirá al veto en la ONU si lo considera imprescindible para mantener la estabilidad en el mundo. Ese es el mensaje que envió ayer desde Pekín el jefe de la diplomacia rusa, Igor Ivanov, al presidente George Bush. Por si quedaban duda, el ministro de Exteriores sentenció: "Rusia no apoyará la resolución o las resoluciones que abra la vía, directa o indirectamente, a una solución mediante la fuerza del problema iraquí". Ivanov consideró, además, que una segunda resolución como la que patrocinan EEUU, Gran Bretaña y España no es necesaria por el momento.

El ministro ruso apenas dejó un resquicio para la negociación al decir que "si una nueva resolución resulta necesaria para apoyar el trabajo (de los inspectores), Rusia reflexionará sobre ello".

China, que también tiene derecho de veto, fue menos transparente y se limitó a manifestar en el comunicado conjunto con Rusia que "la guerra en Irak puede y debe evitarse", pero obvió hablar sobre su posición en la ONU.

ARTIMAÑAS DIPLOMATICAS

Igual de elocuente fue el ministro francés de Exteriores, Dominique de Villepin, quien empleó todas sus artes diplomáticas para no tener que responder a la pregunta de si el Elíseo utilizará el derecho de veto. "Siempre hemos dicho que asumiremos en cada etapa nuestras responsabilidades", manifestó en París. Lo único que quedó claro es que Francia mantiene abiertas todas las opciones.

Villepin se mostró satisfecho del "importante paso en el desarme de Irak, que confirma que las inspecciones surten efecto", dijo al valorar la decisión de Bagdad de empezar a destruir desde hoy sus misiles Al Samud 2.

El ministro francés aprovechó para apelar a la unidad europea ante la crisis iraquí e instó "en particular a España y el Reino Unido a mostrar su fidelidad a la declaración del 17 de febrero", adoptada por los Quince. La declaración se convirtió en papel mojado después de que España y el Reino Unido lanzaran el Manifiesto de los Ocho en apoyo de la política belicista de Bush.

El Consejo de Seguridad volvió a llenarse de dimes y diretes sobre cómo votarán sus quince miembros. Pakistán, que en EEUU se da como un claro voto en favor de la intervención inmediata en Irak, declaró ayer que el sentido de su sufragio no había sido decidido. El presidente paquistaní, Pervez Musharraf, que pretende mantener un imposible equilibrio entre la población integrista y la presión del amigo americano, manifestó: "Estamos evaluando la situación y aún no hemos decidido".

En Santiago de Chile, el enviado especial del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU, Otto Reich, vio al presidente Ricardo Lagos. Los votos de Chile y México se han convertido en vitales para que EEUU decante el fiel de la balanza a su favor.

Desde Italia llegó el mensaje contradictorio del primer ministro, Silvio Berlusconi. Partidario desde el principio de la acción militar, Berlusconi calificó ayer de "nefasta" la decisión de desencadenar un ataque unilateral sin el consentimiento de la ONU.