La torre Eiffel iluminada con el azul europeo y una ceremonia en el Arco del Triunfo simbolizan la solemnidad con que Francia aborda la presidencia de la UE, que se inició ayer. Pero, además del no irlandés y de las amenazas polacas de no ratificar el Tratado de Lisboa, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, estrenó el mandato de seis meses con una polémica con el comisario europeo de Comercio, el laborista británico Peter Mandelson.

El portavoz de Mandelson calificó ayer de "falsas", "injustificadas" y perjudiciales para la unidad europea las críticas hechas por Sarkozy el lunes en un programa de televisión en el que afirmó que "no dejará hacer" un acuerdo en la Organización Mundial del Comercio (OMC) que sacrifique la producción agrícola en "el altar del liberalismo mundial" y entrañe la pérdida de 100.000 empleos.

REPROCHES El presidente francés acusó a Mandelson y a Pascal Lamy, director general de la OMC, de promover un acuerdo en el que "Europa se comprometería a disminuir un 20% su producción agrícola y un 10% sus exportaciones agrícolas".

Sarkozy había acusado antes a Mandelson de haber influido en el no de Irlanda por haber alimentado los temores de la pérdida de subvenciones agrícolas. Mandelson no acudió anoche a una cena en el Elíseo con Sarkozy alegando problemas de agenda.