Nicolas Sarkozy da ya por descontada una derrota de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) en la segunda vuelta de las elecciones municipales, que se celebra hoy, aunque la derecha confía en evitar un descalabro. Pero, sin esperar al resultado, el presidente de la República empieza ya a sacar conclusiones, como anunció, y prepara un cambio de estilo y de imagen, acompañado de un pequeño reajuste ministerial.

Los cambios en el Gobierno se limitarán a dos o tres ministros, mientras que el "ajuste", como se le denomina, será mayor en el Elíseo, especialmente en el aparato de comunicación. El portavoz, David Martinon, dejará el puesto, que se repartirán entre el secretario general Claude Guéant y el consejero diplomático Jean-David Levitte. Sarkozy quiere ofrecer una imagen más presidencial, menos ostentosa, más pegada al terreno. Pero las reformas seguirán. Como ha escrito con agudeza el analista Alain Duhamel, no se trata de reformar las reformas, sino de reformar al reformador.

Sobre un total de 400 ciudades de más de 20.000 habitantes, la izquierda ganó el domingo pasado 133 (95 los socialistas) y quedan 166 por decidir. En 86, la izquierda es favorita. Estos cálculos llevan al primer secretario, François Hollande, a mantener su vaticinio de conseguir una ganancia neta de una treintena. La derecha, que perdió el domingo ocho ciudades de más de 30.000 habitantes, espera ganar siete, pero teme perder 34.

Además de las cuentas globales, lo que contará hoy será el destino de Marsella y Toulouse, segunda y cuarta ciudades francesas por número de habitantes. Si en Marsella se produce el vuelco y pasa a ser gobernada por la izquierda, la UMP no podrá encontrar justificantes para su derrota. Si ocurre lo contrario, la derecha podrá decir que ha limitado los daños. En ambas ciudades, los dos bloques están prácticamente empatados. Los últimos sondeos dan dos puntos de ventaja a la derecha en Marsella y la misma distancia, pero a la inversa, en Toulouse.

REPROCHE POLITICO La derecha ha mostrado sus divisiones entre las dos vueltas. Sarkozy ha reprochado a la UMP que se ofreciera a pactar con el Modem de François Bayrou.

Por otra parte, los dos candidatos de derecha de Neuilly han acabado en los tribunales y el primer ministro, François Fillon, ha lamentado la apatía del electorado conservador.