El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, resultó ayer levemente herido en la cara al final de un mitin en Milán, cuando un joven le lanzó una reproducción metálica de la catedral de la ciudad. Sangrando por la boca, Berlusconi fue sacado de inmediato por su escolta del lugar e ingresado de urgencias en el Hospital San Raffaele de la capital lombarda, donde iba a pasar la noche en observación. El agresor, Massimo Tartaglia, un enfermo mental en tratamiento psiquiátrico, fue reducido.

Toda la clase política sin excepciones condenó la agresión. Según apuntaba un primer diagnóstico, el primer ministro sufrió una pérdida abundante de sangre y una lesión interna y externa en la boca, así como daños en dos dientes. Se le practicó un TAC por precaución.

GRITOS DE JOVENES El incidente ocurrió después de que Berlusconi bajara del estrado donde pronunció un discurso y se dirigiera a saludar a los asistentes al acto, que ya fue accidentado. Mientras hablaba, el dirigente italiano fue interrumpido por grupos de jóvenes que contestaban a sus alabanzas a la actividad del Gobierno y críticas a los magistrados y a la izquierda con gritos de "payaso" y "dimisión". El primer ministro, visiblemente irritado, les gritó en tres ocasiones: "Vergüenza".

Todo esto ocurre en un momento de gran tensión entre las instituciones del Estado, a causa de las críticas del primer ministro al presidente de la República y a los jueces, a los que acusa de acosarle judicialmente.

Ayer, algunos diarios nacionales filtraron que la posible solución para salvar a Berlusconi de los procesos que le esperan en Milán, después de que el Constitucional le suprimiera la inmunidad, llegará esta semana bajo forma de un proyecto de ley que apunta a una amplia reforma del sistema judicial.

La reforma encajaría perfectamente con las necesidades del primer ministro, ya que la nueva inmunidad incluiría una larga lista de "impedimentos legítimos" para presentarse en las vistas del proceso, cuando el cargo ocupado implique compromisos institucionales. Tal vez por esta razón, Berlusconi ha multiplicado últimamente su presencia en actos y viajes oficiales.

El cariz que han tomado los acontecimientos ha animado a todas los grupos de la oposición a "formar un frente común para la democracia", según anunció el centrista Pierferdinando Casini. Además de los centristas de UDC, el frente común incluirá a los populistas de IDV de Antonio Di Pietro y al Partido Democrático. Posiblemente se acaben añadiendo una parte de los conservadores que siguen a Gianfranco Fini, presidente del Congreso y aliado de Berlusconi, que se ha desmarcado de los ataques dirigidos a las instituciones.