"Son tantos los cuerpos que no podemos llegar al fondo del local". El estupor del teniente coronel de la Policía, Moisés da Silva Fuch, da cuenta de la dimensión del desastre que ha costado la vida de, al menos, a 245 personas después de que se incendiara por un grave error humano la discoteca de la ciudad brasileña de Santa María, en el Estado de Río Grande do Sul. El número víctimas fatales de la tragedia de este sábado por la madrugada es provisional. La cantidad de heridos, algunos de ellos de gravedad, ha superado los 200. "Fue terrible, como una escena de un filme de terror", atinó a decir una mujer que escapó del fuego. "Los que huían pasaban por encima de los muertos y los que peleaban por salvarse", relató otro de los que estuvo allí, entre el denso humo y las llamas, a la televisión brasileña.

La presidenta Dilma Rousseff recibió la luctuosa noticia en Santiago de Chile, donde participaba de la cumbre entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos (CELAC) y la UE, y decidió regresar de inmediato a su país.

La discoteca Kiss se encuentra a unos 300 kilómetros de Porto Alegre, la capital estadual. El incendio pudo ser controlado por los bomberos después de tres horas de trabajo. El local quedó completamente en ruinas. En sus alrededores, los familiares lloraban a los muertos. Los que se salvaron de milagro fueron enviados a diferentes hospitales.

Había 400 jóvenes dentro

Unos 400 jóvenes habían ido a bailar a Kiss. La gran mayoría de los que fueron a divertirse hasta que el domingo se anunciara con las primeras manchas de sol en el cielo, fallecieron por inhalación de humo. De acuerdo con Folha de Sao Paulo y Estado, el incendio fue provocado tras el encendido de una bengala, durante la presentación de una banda musical que actuaba en el recinto.

El coordinador de Defensa Civil, Adelar Vargas, confirmó esa versión. El fuego se propagó rápidamente por la espuma de aislamiento acústivo, en el techo. La bengala había sido encendida por uno de los integrantes de la banda, según el relato de un empleado de Kiss, Michele Pereira. "En cuestión de segundos, las llamas se propagaron", aseguró. Lo más escándaloso del asunto es que la discoteca no contaba con una salida de emergencia. Los bomberos tuvieron que perforar una de las paredes para facilitar la salida de las personas que quedaron encerradas.

Como en el 2004

El episodio parece calcado de lo que ocurrió a fines del 2004 en la discoteca Cromagnon de la ciudad de Buenos Aires. Allí se presentaba el grupo de rock Callejeros, que incientivaba a sus seguidores en el uso de las bengalas. A pesar de la súplica de los dueños del local de no usarlas, una de ellas inició el fuego. Murieron 194 personas. La salida de emergencia estaba cerrada. Por este episodio se terminó la carrera política del alcalde de la capital argentina, Aníbal Ibarra, quien fue destituido por la legislatura. Funcionarios, policías, músicos y el gerente de Cromagnon, recibieron severas penas.

Otros episodios de semejante naturaleza tuvieron lugar en los últimos años en Tailandia, donde en el 2009 murieron 59 personas, la ciudad china de Shenzhen (43 decesos, en el 2008), Rhode Island (96 fallecidos, en el 2006) y Caracas (50 personas, en el 2002).