Tras complejas transacciones diplomáticas, Turquía consiguió superar ayer la primera etapa de sus controvertidas negociaciones de adhesión a la UE. Mientras, la presidencia austriaca intenta frenar la integración de nuevos miembros, respaldada por un nutrido grupo de países.

Los ministros de Exteriores de los Veinticinco y de Turquía pactaron en Luxemburgo el contenido del primer capítulo del futuro tratado de adhesión, dedicado a ciencia e investigación. Esto representa un salto cualitativo en el proceso de negociación, que finalmente ha entrado en la fase de contenidos después de ocho meses dedicados a la revisión de la legislación turca.

Los ministros esquivaron la exigencia del Gobierno chipriota de incorporar en el preámbulo de ese capítulo el reconocimiento de Chipre por parte de Turquía, a lo que Ankara se niega mientras no se resuelva el contencioso sobre la unificación de la isla.

La UE pactó el mismo capítulo del tratado de adhesión de Croacia, cuyas negociaciones se desarrollan de momento en paralelo y al mismo ritmo que las de Turquía. Los Veinticinco firmaron el acuerdo de asociación con Albania, que abre la vía para que ese país pueda aspirar en el futuro a ser candidato a integrarse en la Unión.

FRENO A NUEVOS MIEMBROS El Consejo de Ministros reconoció, asimismo, a Montenegro como un "Estado soberano e independiente" con una "perspectiva" de integración futura en la Unión.

La acumulación de aspirantes a incorporarse a la UE ha impulsado a la presidencia austriaca, Francia, Holanda, Alemania y España, entre otros, a intentar frenar la incorporación de nuevos miembros mientras el proyecto europeo no esté consolidado.

Por otra parte, el Consejo de Ministros "deploró" el creciente deterioro del respeto de los derechos humanos en Cuba y denunció la detención de 330 nuevos "prisioneros políticos" en el último año.