Los enfrentamientos entre las facciones islamistas Hamás y la nacionalista Al Fatah han causado 55 muertos y más de 100 heridos entre milicianos y civiles desde el pasado domingo, informó hoy el jefe de urgencias del mayor hospital de la franja, el de Shifa, Jomaa al Saqa.

Según fuentes del integrista Hamás, sus milicianos controlan de hecho toda la franja territorial, excepto Gaza capital.

Esta mañana murieron en ciudad de Gaza nueve combatientes -seis de ellos de Al Fatah y un adolescente de 16 años- en combates frente al edificio donde reside el portavoz de ese movimiento nacionalista, Maher Maqdad, que logró romper el cerco y huyó ileso.

Los milicianos de Hamás confiscaron documentos y ordenadores de la oficina de Maqdad y los prendieron fuego, según fuentes de Al Fatah.

También murieron antes de este mediodía otros tres palestinos, un agente de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), de los leales a su presidente Mahmud Abás, y dos integristas de Hamas en choques en la ciudad de Gaza, según fuentes del hospital Shifa.

El último reducto de los efectivos de Abás, según los testigos, estaba este mediodía en torno de la residencia del presidente en la populosa ciudad de Gaza y de los cuarteles de los organismos de seguridad de la ANP en el barrio de Rimal.

La milicia de Hamás sigue avanzando desde esta mañana en su aparente ofensiva para tomar el control en la franja autónoma de Gaza y capturó una posición clave de Al Fatah que le permite dominar el tráfico en la carretera de Saladino, la principal de Gaza.

La vital carretera, cerrada habitualmente por el Ejército israelí para dividir la franja de Gaza durante los años de la ocupación, une el norte del territorio con el sur.

Los israelíes se replegaron en septiembre del 2005 y Gaza quedó bajo control de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), bajo la presidencia de Mahmud Abás.

Un grupo de legisladores de Al Fatah exhortó hoy a Abás a decretar el estado de emergencia, y convocar elecciones en Gaza, Cisjordania y Jerusalén este.

Por su lado, el general Burham Hamad, jefe de la representación de Egipto en Gaza, llamó hoy a la población civil a salir a las calles para exigir el alto el fuego a los dos bandos en pugna.

Algunos ciudadanos, entre ellos numerosas mujeres, respondieron al llamamiento, pero la marcha se disolvió cuando los milicianos empezaron a disparar al aire.

Los islamistas, mejor adiestrados que los efectivos de los organismos de seguridad de la ANP y que los milicianos de Al Fatah, completaron esta madrugada la ocupación de sus cuarteles y bases en el norte del territorio, y pugnan ahora por tomar el control en los del centro y en la capital, donde reside la mayoría del millón y medio de todos los habitantes.

Debido a la violencia, que paraliza la vida civil, la Agencia de la ONU que desde 1948 asiste a los refugiados palestinos (UNRWA) ha clausurado tres de sus cinco centros dedicados a distribuir alimentos y siete de sus clínicas médicas. La mayoría de estos centros han sufrido daños materiales por los disparos.

Los civiles procuran concentrarse con sus familias en cuartos alejados de puertas y ventanas por temor a que puedan ser víctimas de "balas perdidas".

Haniye declaró que "partidos conectados con el enemigo (léase Al Fatah e Israel) quieren derrocar al gobierno de unidad nacional" que su movimiento Hamás formó hace tres meses con los nacionalistas, y el presidente Abás, líder de Al Fatah, acusa a los integristas de pretender dar un golpe para hacerse con el poder en la franja.

La violencia parece extenderse también a Cisjordania, separada de Gaza por el territorio israelí, donde presuntos activistas de Al Fatah -más fuerte que los islamistas en ese territorio- dispararon e hirieron a dos activistas de Hamás, no identificados.