EEUU incrementó ayer la presión sobre el Consejo de Seguridad de la ONU para que dé su visto bueno al proyecto de resolución que legitima la guerra contra Irak, y advirtió incluso a alguno de sus miembros, como Francia, de que considerará un acto "muy hostil" su bloqueo por medio de un veto. La Casa Blanca ha tomado ya la decisión sobre la guerra, según dijeron fuentes oficiales en la ONU. El propio presidente norteamericano, George Bush, conminó ayer al Consejo a "cumplir su palabra" y respaldar el ataque a Sadam.

Aunque el mandatario de EEUU reiteró que no necesita una segunda resolución que respalde la guerra, tanto la situación de sus aliados más leales --Tony Blair y José María Aznar-- como la propia opinión pública estadounidense requieren la bendición de la ONU al ataque. Por ello, la diplomacia de EEUU ha adoptado la táctica de colocar a los miembros del Consejo que se oponen a la guerra ante el dilema de mantener su posición o respaldar el ataque para no romper la unidad, y con ello la relevancia, del organismo internacional.

QUIEN DECIDE

Según informó ayer el rotativo The Washington Post , un funcionario de EEUU espetó a un alto diplomático de un país miembro del Consejo: "Ustedes no van a decidir si hay guerra con Irak o no; esa decisión es nuestra y ya la hemos tomado. Ya es definitiva. La única cuestión ahora es si el Consejo la aceptará o no".

Similar fue el mensaje de la asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, quien describió las presiones estadounidenses en el Consejo de Seguridad como un intento "de convencer a sus miembros de que sus responsabilidades requieren un voto que refuerce el papel del órgano en la política internacional".

En París, el embajador de EEUU en Francia no se anduvo por las ramas y ya el lunes, tras la presentación de la propuesta franco-alemana para dar cuatro meses más a las inspecciones de la ONU en Irak, advirtió de que un veto francés al proyecto de resolución copatrocinado por EEUU, Gran Bretaña y España, sería considerado en Washington como un acto "muy hostil".

Esta grave advertencia sugiere que la Casa Blanca calcula que no conseguirá derribar la actual oposición a la guerra dentro del Consejo, particularmente de tres de sus miembros permanentes, Francia, Rusia y China.

Washington sólo tiene asegurados cuatro votos --el suyo más los de Gran Bretaña, Bulgaria y España-- en favor de la resolución que permite atacar a Irak, pero ha enviado emisarios o ha contactado a los líderes de los países que podrían darle al menos los nueve votos necesarios para que se apruebe el documento, si no hay ningún veto.