José Luis Rodríguez Zapatero no prevé alterar, al menos de momento, su política hacia Cuba tras el traspaso de poderes anunciado por Fidel Castro. El presidente del Gobierno mantendrá su apuesta por el entendimiento con el régimen cubano, desarrollando al mismo tiempo, en difícil equilibrio, contactos con los sectores de la oposición proclives a una transición pacífica.

La actitud de Zapatero respecto a La Habana se inscribe en su estrategia global respecto a América Latina, consistente en mantener buenas relaciones con los gobiernos, sin olvidar la "crítica constructiva" en aquellos casos que sea necesaria, explicó una fuente diplomática. Según la misma fuente, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, instruyó ayer al embajador en La Habana, Carlos Alonso Saldívar, para que trasladase a las autoridades cubanas el deseo de una "pronta recuperación" de Castro.

Para Zapatero, la política de hostilidad que mantuvo José María Aznar hacia Castro solo contribuyó a enrocar al líder cubano en sus posiciones extremas y a llevar las relaciones bilaterales a uno de los peores momentos de su historia.

Tras llegar a la Moncloa, Zapatero tendió la mano al régimen castrista a cambio de que este hiciese gestos de apertura y de respeto a los derechos humanos. En noviembre de ese año, por iniciativa del líder español, la Unión Europea acordó revisar la posición común hacia Cuba con fórmulas "más eficaces" para propiciar el diálogo con la disidencia y la sociedad civil de la isla.

PETICION DE LA DISIDENCIA Mientras, asociaciones de exiliados cubanos en España pidieron ayer a Zapatero que asuma un papel activo en favor de la transición democrática en Cuba. Lo emplazaron en concreto a que, si se consolida el relevo del casi octogenario líder, España envíe a las autoridades de La Habana el mensaje de que es el "momento oportuno" para emprender el tránsito a la democracia en la isla, en un proceso político pacífico que incluya tanto a los opositores como a los miembros del régimen abiertos al cambio.

A diferencia de las organizaciones cubanas radicadas en EEUU, que estallaron en júbilo al trascender la noticia sobre el abandono temporal del poder por Castro, los exiliados en España mantuvieron una actitud de cautela. Los grupos más representativos se limitaron a instar al presidente español y a la UE a que, sin incurrir en precipitaciones, aboguen por el inicio de la transición. Esos llamamientos los hicieron en declaraciones a la prensa, aunque algunas plataformas trabajaban ayer en la redacción de una carta formal.