TUtno de los problemas de fondo de nuestra sociedad es que se besa muy poco. Hay teorías de que el beso no sólo es un placer sublime, sino que tiene efectos beneficiosos para la salud. Si la gente se besara más seguro que se sentiría mucho mejor y habría menos tiempo para la disputa. Un buen beso es un subidón impagable. Tal vez por eso, la foto del beso del Príncipe Felipe y de doña Letizia , un beso de verdad, de enamorados, en la boca, es la foto del verano. Por supuesto la ha publicado Hola y llevábamos seis años esperando verla. Desde que los Príncipes se casaron y cuando toda España miraba la pantalla atentos a ese beso, ellos pecaron de prudentes y se besaron en la mejilla. No era el caso, pero cuando una pareja se besa en la mejilla es que la pasión desapareció hace siglos. Antes, hace afortunadamente mucho tiempo, un beso en la mano a una mujer podía desatar pasiones escondidas. Me gusta más el beso en la boca. El de los Príncipes indica que siguen enamorados como el primer día y que los agoreros de entonces eran sólo pájaros de mal agüero. Me alegro por ellos, por los Príncipes, no por los cantamañanas.

Pero hay besos y besos. El padre de don Felipe, nuestro Rey, creo que, siguiendo alguna tradición y un viejo parentesco, se besa --de otra forma, claro-- con su colega el Rey de Marruecos. Pero, o hace mucho que no se ven, y no se besan, o Mohamed VI se la está jugando a don Juan Carlos , como todos los soberanos marroquíes nos la han jugado históricamente. A veces es mejor tener enemigos declarados que amigos íntimos. No sólo pasa con el vecino del sur. Los presidentes Chávez y Santos , el reciente sucesor de Uribe , acaban de firmar la paz entre Venezuela y Colombia y ambos se han comprometido a sacar la guerra del diccionario . No sé si ha habido beso, pero yo que Santos tendría cuidado con los nuevos amigos. También aquí hay amistades peligrosas y vecinos peligrosísimos.

Es como en la política. Es posible que Trinidad Jiménez y Tomás Gómez se den un beso de cara a la galería, pero ya saben que hay besos que matan, como los amores. Hasta hace unos meses, el mejor candidato para Trinidad era Tomás, y así lo dijo, que para eso están las hemerotecas. Pero ahora ya sólo se besa con Zapatero y con los madrileños, socialistas o no, que no sabemos si se dejarán besar por ella o por Esperanza . Otro que tal es José Blanco que ha sellado, supongo que sin beso, un acuerdo con Revilla para que el AVE llegue a Santander. Tarde, a poca velocidad y con demasiadas incógnitas por despejar, pero eso le puede permitir a Revilla salvar su bigote --a lo mejor por eso no le ha besado Blanco-- y a Blanco, tal vez, impedir que el PP vuelva a gobernar Cantabria. Esos son besos de conveniencia.