Yo no sé si volvemos al bipartidismo pero tengo muy claro que no quiero que continúe esta escalada de rencor. Estoy harta de abrir la prensa de izquierdas cada mañana con los titulares sobre la horrenda gestión de la pandemia en las residencias de Madrid, siguiendo la estrategia de retorcer el dolor, y estoy harta de abrir la prensa de derechas buscando culpables en los contrarios. ¡Tanta energía perdida en odiar! Y si volver al bipartidismo es que hay dos opciones amplias que amalgaman todas las posturas de los dos espectros nacidos en la revolución francesa y dejan de tener especial visibilidad los extremos populistas y odiadores y sus testas parlantes especializadas en el insulto, la provocación personal, la criminalización y la agresividad confundida con libertad de expresión, pues mejor. Querrá esto decir que extremistas los habrá a izquierda y derecha, pero que sus voces se perderán en el fragor de la contienda inútil que será en verdad considerada como inútil, y vencerá y convencerá por fin el debate de ideas, la contraposición moderada, el diálogo profundo y no para la galería y el convencimiento de que solo llegando a acuerdos posibles, sensatos, realistas, legales y constitucionales, podremos salir de esta sima profunda a la que, según los más pesimistas y también muchos realistas, nos dirigimos.

He criticado al gobierno y seguiré haciéndolo, cuando me parezca que ha hecho las cosas mal, que ha sido a menudo. Lo cual no quiere decir que apruebe el acoso continuo de quien no parece tener tiempo nada más que para ver lo malo. Lo cual no quiere decir que no me dé cuenta de con cuánto oportunismo intenta el PSOE cargarse a Ayuso aprovechando a los muertos mientras apela al diálogo.

Cesen los gritos y prevalezca la conversación templada que busca acuerdos. Y mientras pierden partidarios los animadores del odio antisistema que, dentro de las instituciones e incluso en el gobierno, las socavan como termitas para sacar réditos, persistan los políticos honrados en defender un sistema que tan bueno ha sido para España desde la Transición.

*Profesora.