Y por fin empieza un nuevo curso escolar. Se ponen en marcha una serie de rutinas típicas en estas fechas. Hemos comprado el material, forrado los libros, etiquetado la ropa- vaya, lo de cada año. Son muchos los que, con ánimo de motivar a los hijos, se llenan la boca de grandes promesas sobre premios que pueden conseguir los niños si llevan un buen curso. Es el momento de las motos, el viaje soñado o aquel capricho que a la niña le hace tanta ilusión. ¡Cuidado con todo eso! Para una correcta educación son tan necesarios los premios como los castigos. Y ambos tienen, más o menos, el mismo método de aplicación. Esos premios no deben ser desproporcionados, no deben tener su ejecución a largo plazo, deben contemplarse los premios no materiales y, por supuesto, hay que enseñarles cuáles son las responsabilidades que tienen los chicos de su edad. ¡Buena suerte a todos los que empiezan este nuevo curso escolar 2008-2009 y ánimo a los padres que les acompañarán emocionalmente!

Daniel Juan Santigosa **

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