Advierto claramente que este artículo busca favorecer un clima de desafección contra la gestión que este gobierno está haciendo de la crisis del coronavirus. Acabo de leer que más de mil sanitarios están aislados por usar las mascarillas que el gobierno les proporcionó. Y que los test que el gobierno compró a través de un desconocido intermediario español a la misma empresa china que le había proporcionado los anteriores defectuosos, son defectuosos.

He leído que en la ansiada desescalada en la que van a dejar salir a los niños, les van a limitar el paseo al supermercado o al banco, o puede que también al Múltiple a hacer una gestión necesaria de esas que exigen una larga cola, que ya se sabe que no hay nada que más vitamina proporcione a una criatura que una buena cola en un ambiente bien cerrado o pasear por los saludables pasillos del Mercadona.

Luego he visto a la ministra Celaá, sí, la que el otro día nos conminó a los docentes a que hiciéramos repetir a un alumno solo cuando fuera para mejorar, como si hasta ahora la falta de promoción se hubiera debido a pura manía, desidia, incompetencia o vaya usted a saber. Renegaba contra los bulos y las informaciones que crean en la población malestar contra el gobierno, bueno, ella lo ha llamado instituciones, pero una comprende los sinónimos y hasta los hiperónimos. Y defendía con dicción rencorosa la intervención de fuerzas y cuerpos de seguridad del estado contra los mismos.

Por último, me he congratulado con el alta de la ministra de Desigualdad, y espero que no se considere bulo este ardid semántico que solo busca criticar al gobierno. Me he alegrado de que esa joven madre, mujer llena de salud y sin ningún tipo de riesgo, haya contado con un número que desconozco de pruebas hasta haber logrado el positivo. Nuestra tía Isabel, confinada en una residencia de ancianos, persona muy mayor y por tanto perteneciente a la población de más alto riesgo, murió sola de posible coronavirus hace ya unos días. Ese fue el diagnóstico porque nunca nadie le hizo un test. Tampoco hemos podido todavía despedirla.

*Profesora.