Ese inmenso, y aún desconocido, continente está pasando malos momentos- bueno, no solo ahora, lleva así unos cuantos siglos.

Nos suelen llegar ecos lejanos de las guerras y barbaridades que allí suceden, ya se sabe, cosa de bárbaros, merienda de negros-

Ahora es Sudán quien asoma tímidamente en las noticias de nuestra prensa, parece que están de nuevo haciendo algunas matanzas en Darfur- ¿y a nosotros, qué? ¿Que están siendo masacrados 200.000 civiles, hombres, mujeres y niños?, pues nada, que alguien lo arregle; ¿que violan mujeres por centenas y tiran a sus niños a las hogueras y a las chozas incendiadas-?, pues lo mismo.

Me estremezco al leer la crónica de guerra que de allí nos llega, Gobierno sudanés y milicia islamista radical yanyauid , arrasan con todo y con todos, cristianos, animistas y musulmanes moderados, la ONU clama en el desierto --nuevamente-- y acusa a Sudán de crímenes de guerra pero nadie mueve ficha.

Me pregunto, ¿hay petróleo en Sudán?, ¿oro, diamantes?, ¿materias primas necesarias y vitales? Ni me molesto en investigarlo, seguro que no.

Ese hombre, grande, enorme en muchos aspectos que fue Juan Pablo II nos habló de la injerencia humanitaria, que es algo, parece, reconocido por la ONU y que da derecho a que la comunidad internacional asuma en ocasiones la defensa de los derechos humanos por encima de la soberanía de los Estados, sin que esos países afectados puedan refugiarse en la excusa de que se trata de asuntos internos.

Tenía que faltar tiempo para hacerlo, la comunidad internacional es lenta y se mueve por intereses puramente comerciales, egoístas y casi siempre rastreros.

A los ciudadanos nos queda, no el derecho al pataleo, sino el derecho a la denuncia y a la activación de la solidaridad con todos y cada uno de los seres humanos que pueblan la Tierra. No los olvides, no silencies su dolor, mañana puedes ser tú.

Pero- desde la comodidad de nuestros hogares se hace difícil escuchar su clamor, solo nos llega algo, a veces nada, a veces que nos van a subir el gas natural porque Argelia se ha enfadado tras una visita de nuestro presidente a Marruecos-

Igual pasaremos frío pero seguiremos vivos, otros no tienen esa suerte.

*Sociólogo