Una nueva investigación de los expertos ha demostrado que los monos, como los seres humanos, restringen su círculo de amistades y se cierran en sí mismos a medida que envejecen. Un 52% de los británicos que acudieron a las urnas el jueves se parece entonces a los macacos, y no porque su líder más señalado, Boris Johnson, recuerde muchísimo a Copito de Nieve, el mítico gorila albino, con la misma pajiza y reseca cabellera rubia, estilo Trump, -uno de los que está que no cabe en sí de gozo- y su emblemática falta de pigmento, sino porque la parte más vieja de esa pequeña gran isla ha decidido restringir su círculo de amistades y dejar de socializar con el resto del continente al que durante siglos lideraron mientras colonizaban, lideraban, poseían y explotaban el mundo.

El otro 48%, integrado por lo más cosmopolita, joven y ni inglés ni galés de la Gran Bretaña, tendrán que aguantar la ruptura por mucho que les horripile, supongo que como a tantas personas sensatas, que la victoria en las urnas del NO a Europa sea aplaudida por líderes tan estupendos y tan de extrema derecha como la francesa Marine Le Pen, el holandés Geert Wilders o el inglés Nigel Farage, líder del siniestro UKIP, cuyo prácticamente único objetivo era la mal llamada independencia. Y por partidos que destacan por la intolerancia, el rechazo a los inmigrantes y el nacionalismo exacerbado como la Liga Norte italiana, los ultraderechistas daneses, o Alternativa para Alemania, todos ellos con la xenofobia como principal seña de identidad.

Aunque las encuestas lo auguraban, sorprendentemente no parece que haya plan B para la debacle. Y mientras la web de Asos se ha caído, que es algo que perturba la paz de mi hija, -y eso duele-, la Premier nunca volverá a ser lo mismo, el rodaje de Juego de Tronos corre peligro y los monos de Gibraltar lamentan que la mayoría de los ingleses se comporten como primates, Cameron dice que se va en octubre,- ¡que se vaya ya!- y Pedro Sánchez demuestra su falta de grandeza y su chusco oportunismo, intentando aprovechar en su agonía el Leave. ¡Qué tropa, j... qué tropa!