Juan Roldán (Radio Nacional) entrevistó al doctor Joan Carles March, responsable del programa pionero de la Junta de Andalucía para proporcionar heroína a algunos de los adictos más agudos. La iniciativa es distinta a la que se ha iniciado en Holanda, donde las farmacias despachan, con receta, cannabis a quienes están en tratamiento de algunas dolencias.

March hizo una descripción detallada y cargada de sensatez ("hay madres de drogadictos que dicen que ya no tendrán que vender el televisor para evitar que su hijo robe") del programa.

Entre los tertulianos, Encarnación Valenzuela no lo tenía claro: "Veo lógico lo de Holanda: si la quimioterapia por un cáncer se puede paliar con cannabis, me parece perfecto. Pero decir que dar heroína a los heroinómanos disminuye la delincuencia es alarmante. Echo en falta que se diga que el programa incluye la desintoxicación, porque si no, cualquier heroinómano puede pensar que cuando se le acabe la dosis se la darán los médicos en un centro público".

Herman Tersch precisó: "Son enfermos extremos que han fracasado en otros tratamientos. De lo que se trata es de evitar el sufrimiento a los enfermos y a sus familias. Y dentro del entorno también hay que incluir a la seguridad ciudadana". Con menos convicción, Justino Sinova también apoyaba el experimento: "Hace tiempo que se habla del uso terapéutico de las drogas. Es un camino que abre muchas posibilidades. Aunque la clave está en el control de los médicos. Hay que comprobar las virtudes de esas drogas como medicamentos".