Esta pandemia mostró su peor cara con una crisis sanitaria sin precedentes, sin embargo, no venía sola, su daño lo alcanzaba todo, venía acompañada de una crisis social y económica. La política que suma, la que aprende, la que aún trabaja para salvar de las injusticias sociales que dejó grabadas en la piel de la sociedad la crisis del 2008 se propuso el mejor de los objetivos: que nadie se quedase atrás durante esta pandemia, tras esta pandemia.

Esta semana en la Asamblea de Extremadura se puso de manifiesto, una vez más, el trabajo incesante que el gobierno de la Junta de Extremadura ha realizado para conseguirlo, para acompañar a todos los sectores de la sociedad afectados. Este último pleno, con la convalidación de un decreto ley (9/2020) que aporta 36 millones de euros más para autónomos y empresas, una cifra que sumada a los 64 millones del decreto ley 8/2020 sirve para poner encima de la mesa 100 millones de euros para ayudar a mantener empleo y recuperar el que se ha perdido y ayudar al sector empresarial.

En el Congreso de los Diputados se aprobaba el Ingreso Mínimo Vital, una medida histórica que produjo una de las mejores caras de esta crisis, la unidad para decir no a la vulnerabilidad heredada, como afirmaba la diputada socialista Carcedo: «La pobreza no se contagia, pero se hereda, y hay muchos niños y niñas que nacen pobres y pueden tener ese lastre toda su vida».

En mitad de una crisis económica se dice sí a una prestación de la Seguridad Social con carácter permanente y con una doble finalidad: reducir la pobreza y fomentar la inclusión social. Una medida que beneficiará a 850.000 familias en las que la gran mayoría son hogares con hijas e hijos, más del 30% de los beneficiarios serán menores de edad que viven en estas familias.

Decidir como salimos de esta crisis depende de todos y todas, hacerlo con estas medidas que atienden directamente a quienes más lo necesitan, hacerlo unidos y desde todas las administraciones abren una ventana a la esperanza, un respiro a tanto ruido, un rayo de luz sobre lo verdaderamente importante.

Esta semana podría ser una semana más, pero se convirtió en la que se aprobó una medida, sin ningún voto en contra, que puso un dique de contención a la pobreza más extrema, ojalá, como afirmaba el ministro José Luis Escrivá sea el «primer paso hacia un gran consenso nacional que haga que la política redistributiva e inclusiva se perciba como de todos y llegue a los hogares más vulnerables».

*Filóloga y diputada del PSOE.