Hoy día las funciones que la sociedad demanda a un administrador de fincas van más allá del mero hecho de llevar control de ingresos y gastos. Estamos ante una profesión multidisciplinar que comprende tanto aspectos económicos, fiscales, legales como técnicos de construcción.

La mayoría de los administradores, a la hora de afrontar la rehabilitación de los edificios, lo ha hecho entendiendo el concepto de rehabilitación de una forma tradicional, priorizando los problemas derivados de daños estructurales o constructivos. No se han tenido en cuenta aspectos de eficiencia energética de estos y, por tanto, no aprovechando las obras para mejorar el comportamiento energético de dicho edificio.

Cada día se pone de manifiesto de forma imparable, la necesidad de afrontar las obras de rehabilitación de las construcciones desde el punto de vista del ahorro de energía. No solo por la consciencia de la escasez de los recursos energéticos tradicionales, sino por la exigencia de la sociedad de disminuir unos costes energéticos en los consumos familiares.

XLA MAYORIAx de los edificios en Cáceres están construidos sin la protección térmica adecuada; es decir, sin el necesario aislamiento. Toda rehabilitación lleva aparejado un coste que debe valorarse, pero con una rehabilitación térmica se mejoraría: el bienestar del usuario; disminuyen las emisiones de gases a la atmósfera; se eliminarían las humedades por condensación y se mejoraría el aislamiento acústico. Pero la actuación en el edificio no solo debe quedar en el aislamiento térmico, sino que también se puede actuar colocando placas solares para la producción de la energía solar térmica que llevaría consigo un ahorro entre el 60 y 70% de la energía necesaria para calentar el agua. Así como también se pueden instalar placas fotovoltaicas que generen energía eléctrica para uso propio o venta al distribuidor. De igual modo, se puede actuar en la iluminación del edificio, con sistemas de control y regulación de la instalación comunitaria y con sustitución de los actuales fluorescente por otro sistema de reactancia electrónica que alarga la vida útil del tubo y tiene un menor consumo. Todas estas medidas mejorarían.

La calificación energética del edificio que no nos olvidemos va a ser necesario a la hora de la compraventa, teniendo más valor los edificios que más se acerquen a la calificación A ; por el contrario, se devaluarán los edificios que estén en la calificación E o más cerca de esta letra.

El ahorro sería de un 30 a un 80% en la factura eléctrica o de gas en el consumo de calefacción y refrigeración, por lo que el coste que suponga la rehabilitación por vivienda se amortizaría en 4 o 5 años.

La contribución del ciudadano a la mejora del medio ambiente al ser nuestro edificio energéticamente eficiente, o lo que es lo mismo, menos contaminante.

El trabajo a decenas de empresas y cientos de trabajadores que han quedado fuera del mercado de trabajo y donde la rehabilitación térmica sería una salida.

Aquí es donde el papel del administrador es clave a la hora de hacer ver a sus administrados qué mejoras en el aislamiento del edificio pueden suponer ahorros energéticos entre un 25% y 35% en calefacción y refrigeración. Y actuando de forma exhaustiva en el aislamiento del edificio el ahorro en calefacción y refrigeración podría llegar hasta el 80%.

Tanto el Ministerio de Industria como la Secretaría de Estado de la Vivienda tienen planes de ayudas para mejorar la eficacia energética de los edificios. Extremadura a su vez hizo suyo el Plan de Vivienda y Rehabilitación con un decreto que contempla ayudas de hasta un 30% para la rehabilitación, y ahorro energético, llegando hasta un 50% para obras de eliminación de barreras arquitectónicas (Plan 2009/2012).

Recientemente, la Consejería de Industria ha convocado ayudas para la rehabilitación térmica de edificio.

Creo que las comunidades de propietarios están perdiendo la oportunidad de efectuar una serie de reformas al amparo de estas ayudas.

El administrador de finca tiene un reto muy importante que cumplir con las comunidades que administra y es hacer una labor de sensibilización e información a sus administrados sobre una necesidad que ha surgido en estos últimos años: la rehabilitación energética de los edificios.