La remodelación de la puerta de Coria debería haber terminado en el mes de junio, pero la aparición de restos humanos y de la muralla y, como consecuencia, las modificaciones que ha habido que realizar del proyecto inicial, han paralizado y retrasado la obra.

Tanto es así que los trabajos podrían durar finalmente un año porque empezaron en marzo y la concejala de Patrimonio, Mónica García, espera poder reanudarlos en el mes de enero y calcula que unos tres meses después habrían acabado.

Los trámites burocráticos necesarios para la aprobación de las modificaciones tienen mucho que ver en esta demora, como destacó la propia edila. Se debe a que los cambios deben pasar por la comisión de Patrimonio de la Junta, que se reúne solo una vez al mes y que en varias ocasiones ha pedido más documentación o resolver alguna duda, lo que ha supuesto un retraso de unos tres o cuatro meses.

García explicó que, al aparecer el arranque de la antigua muralla y los restos de un esqueleto humano, el ayuntamiento consensuó con Cultura las modificaciones del proyecto para "conjugar los restos con nuestro proyecto" y lo remitió a la Junta.

"La comisión de Patrimonio pidió primero más documentación y después lo ha aprobado, pero tiene una duda con el apoyo de la estructura de hierro de imitación a la muralla y con el arranque de esta", dijo García, que ya se ha reunido con la directora general de Patrimonio para darle las explicaciones oportunas de un proyecto de los arquitectos del ARI y está a la espera de la aprobación definitiva.

Cuando llegue, la zona podrá transformarse en un espacio público con un pequeño parque y una estructura metálica por cuyo interior se podrá pasear.