Chico atrapa a tironero a la carrera. Podrá sonar peliculero, pero es que de película fue la persecución que emprendió Juanlu tras el hombre que acababa de dar un tirón a una señora. Estaba tranquilamente en el Tizón con su familia, pero al grito de "al ladrón" no se lo pensó dos veces y salió corriendo. Ya no paró hasta cansar al tironero, que acabó tirándole el bolso, al menos medio kilómetro después, pidiéndole que le dejara en paz.

Lo que no extraña tanto visto el itinerario: del callejón de Clavero a la cuesta de Correos para atravesar la avenida del Valle hasta bajar a La Isla y darle alcance en el aparcamiento de tierra. Ahí fue donde le arrojó el bolso, pero la carrera siguió por las escaleras que suben al Cordero de vuelta a la avenida del Valle y en las escalinatas de la antigua Villa Ramona le dejó marchar. "De rodillas subía el tío, pero le dejé ir no fuera a ser que llevara navaja o algo y acabáramos mal", explicó ayer Juan Luis A. Fernández Saavedra, el joven propietario del bar Temple situado frente a Correos.

Será porque el nombre del local le hace justicia, por la experiencia de años trabajando como vigilante de seguridad en la madrileña estación de Atocha o porque fue tres veces campeón regional de judo, pero no se lo pensó dos veces a la hora de ayudar a una desconocida en apuros, cuyo marido cayó desplomado en el suelo tras intentar cazar al ladrón. Era un matrimonio mayor, pero lo que nunca hubiera imaginado el tironero es que se iba a cruzar en su camino este placentino de 27 años.

"Bueno no fui el único que salió corriendo tras él, pero los demás no aguantaron la maratón", apunta entre modesto e irónico. Lo cierto es que no todo el mundo lo hubiera hecho y sus clientes le llaman ya "nuestro héroe". El tironero, que describe como cuarentón, con perilla, pelo largo, estatura media y corpulento, anda suelto. Su víctima puso la correspondiente denuncia una vez recuperado el bolso y ocurrió hacia las 21.30 horas del jueves pasado. "¿Que si pensé en el riesgo? Al principio no, pero a medida que me acercaba al tío claro que sí". Quién lo diría.