Las personas que conduzcan animales por la vía pública «deberán llevar bolsa o envoltorio adecuados para recoger las defecaciones, procediendo a la limpieza inmediata de las mismas y depositarlas en papeleras y/o dispositivo que ponga a tal efecto la autoridad municipal». Es el texto que ha modificado el Ayuntamiento de Plasencia para intentar garantizar que realmente se recogen los excrementos caninos y se reduce la imagen de estos distribuidos por acerados o parques.

Se trata de un problema de salud pública que genera numerosas quejas vecinales, de ahí que el concejal del área, Luis Miguel Pérez Escanilla, propusiera introducir la obligación de llevar bolsas o envoltorios para recoger las defecaciones en la ordenanza que aprobó el ayuntamiento hace tan solo dos años. Los cambios se acaban de aprobar definitivamente en pleno, después de que se desestimara una alegación conjunta de ocho colectivos, entre ellos el grupo municipal Plasencia en Común, porque, según el técnico de servicios municipales, no se ajustaba al texto de los cambios sino que introducía otras cuestiones.

Precisamente, para animar al uso de medios para recoger los excrementos, el concejal anunció en noviembre una campaña informativa y de reparto de bolsas y botellas para llenar de agua y utilizarlas para diluir los orines de los perros.

En este caso, el segundo cambio que se ha introducido en la ordenanza es la prohibición de utilizar azufre y otros productos químicos en fachadas y lugares públicos o privados como sistema para evitar que los perros orinen en ellos. No obstante, señala a los dueños que deben intentar evitar que los perros orinen o defequen en estos espacios.

El incumplimiento de estos cambios se considerará una falta grave, castigada con una sanción de entre 251 y 500 euros. No obstante, el concejal subrayó en el pleno que los cambios no tienen un afán recaudatorio, puesto que las cuantías no han aumentado con respecto a la ordenanza del 2016. Dijo además que la mayoría de los dueños de perros la cumplen porque, si hay 9.000 perros censados en Plasencia, que defecan entre dos y tres veces al día, si ningún dueño recogiera los excrementos, habría «entre 25.000 y 30.000 defecaciones, Plasencia estaría trufada».

Sobre la campaña realizada en noviembre, Escanilla señaló que lo más importante es «el folleto informativo», que señala las obligaciones de los dueños, como las de registrar a los perros, atender sus necesidades, llevarles sujetos con correa o no introducirles en zonas de juego infantil. También recuerda las prácticas que se consideran maltrato animal y que para llevar un animal potencialmente peligroso es necesaria una autorización especial y cumplir una normativa específica.