El arte está en la calle, no siempre es necesario ir a un museo para contemplarlo. Es lo que piensan los grafiteros llamados legales porque pintan con el consentimiento del ayuntamiento en las zonas habilitadas por éste y por eso reivindican que se respete su arte y no se les confunda con los ilegales, que pintan sobre el mobiliario urbano e incluso monumentos históricos.

Los autores de las pintadas legales son los jóvenes miembros de Artistas Urbanos Placentinos Asociados , una asociación de grafiteros creada para fomentar y legalizar el arte de los graffiti.

La asociación la integran diez jóvenes de entre 16 y 23 años que se dedican a decorar determinadas zonas de la ciudad. Uno de los miembros más veteranos de la asociación, Alberto Rodríguez, insiste en que pintan sólo en "los muros y paredes donde es legal". Las zonas están distribuídas a lo largo de la ciudad, desde las traseras de los frontones de la ciudad deportiva al rockódromo de la Isla, pasando por Gresiber o La Data.

EXHIBICION NACIONAL

Además, Rodríguez advierte de que su arte no les sale barato: "Podemos llegar a gastarnos para hacer una pintada desde 30 hasta 120 euros, dependiendo del tamaño y de los botes de pintura que utilicemos". Por ese motivo plantea la necesidad de contar con algún tipo de financiación: "Para nosotros sería un orgullo que el ayuntamiento nos tuviera en cuenta para decorar zonas deterioradas como las traseras del pabellón de la ciudad deportiva, y si nos pagan la pintura, mucho mejor".

A este inconveniente se añade que los graffiti no tienen vida ilimitada, ya que están expuestos a las condiciones climáticas y al deterioro que ocasionan determinadas personas, como los grafiteros ilegales. Este aspecto preocupa a los miembros de la asociación porque según afirma Alberto: "Nosotros somos muy respetuosos con los trabajos ajenos. Tenemos un pacto de no agresión y otro de no pintar fuera de los lugares permitidos, de ahí que estemos en contra de aquellos que pintan o firman sobre monumentos como la catedral, por poner un ejemplo".

Además de sus trabajos de decoración, todos los grafiteros de la asociación organizan al final de cada verano una exhibición en Gresiber a la que acuden autores de todos los puntos de España, con lo que la calidad de las pintadas está asegurada ya que "vienen los mejores del país. Este año incluso nos estamos planeando invitar a alguien de fuera con mucho nivel".