Lo que ocurrió el año pasado en la calle de los Quesos se ha vuelto a repetir en Vidrieras y la Tea. La red de saneamiento se ha obstruido en dos tramos debido a las grasas que vierten los bares de la zona, según explicó ayer la edil de Obras, Mónica García.

La concejala no tiene ninguna duda de que son los culpables de la obstrucción porque lo ha podido comprobar al abrir la calle: "Hasta la mitad del pozo de la calle Vidrieras estaba taponado con grasa líquida, que tenía hasta el color del chorizo".

García explicó que con la llegada de las lluvias se ha descubierto la obstrucción, que además ha provocado inundaciones en el sótano de un particular. La edil requerirá a los bares "que no tiren grasas a la red, está en la norma y la deben cumplir". También tiene previsto reunirse con la edil de Sanidad para estudiar otras medidas.