Los trabajos iniciados para lavar la cara a la plaza Mayor ya están recibiendo halagos de un sector que trabaja diariamente en este enclave, los hosteleros. Destacan sobre todo la iluminación instalada en los soportales y la pintura, las primeras de una serie de actuaciones que persiguen "contribuir a revalorizar el casco histórico", según explican desde el gobierno local.

Los hosteleros consultados coinciden en aplaudir la pintura e iluminación de los soportales, aunque también piden más luz en la bandeja central. "La pintura blanca le ha dado homogeneidad y ha eliminado la suciedad, nidos y telarañas. Además, han puesto unos focos halógenos que cumplen su cometido, que es el de alumbrar sin deslumbrar. Ahora falta rematarlo con las farolas", señala Raúl Paniagua, de La Pitarra del Gordo.

También Juan Castellano, de El Globo, agradece la pintura e iluminación, mientras que Emilio Valencia, del bar Español, no lo duda: "Los soportales han quedado de lujo, me ha encantado la limpieza y la luminosidad".

Además, se han camuflado los cables que colgaban de los soportales y los trabajos continúan ahora por la limpieza del enlosado y adoquinado. Sobre todo, los operarios están limpiando las manchas de chicle y despegando las gomas de mascar del suelo.

NO TIRAR CHICLES Pero para que la limpieza sea duradera, el ayuntamiento ha hecho un llamamiento para que los ciudadanos no arrojen chicles al suelo porque "afean considerablemente el entorno urbano". Además, el gobierno subraya que tirar chicles, además de ensuciar "genera un perjuicio notable sobre el medio ambiente porque, según estudios científicos, acumulan unos 50.000 gérmenes".

Las obras de la plaza Mayor, integradas en la primera y segunda fase del acondicionamiento de la calle Trujillo, continuarán después por el rejuntado de toda la superficie pavimentada para darle uniformidad y por la sustitución de la señalización actual de tráfico por otra que se mimetice con el entorno.