El alcalde ya ha dicho que la única opción para mantener el servicio de la guardería del Pilar, como ludoteca, es que un arquitecto externo certifique que el espacio cumple los requisitos legales. Dado que la directiva ha dimitido, Fernando Pizarro matizó ayer que, tanto los responsables en funciones de la asociación de vecinos como las dos trabajadoras de la guardería --en caso de no querer hacerlo la asociación-- podrían solicitar el visto bueno de un arquitecto y ese documento "se visaría en el ayuntamiento y tendría que aprobarlo la junta de gobierno. Eso daría la posibilidad de continuar con la actividad teniendo en cuenta siempre la ley".

De lo contrario, que es lo que ocurre ahora, no cumpliría con la normativa vigente, que cambió hace unos años. Actualmente las dos trabajadoras atienden a entre 14 y 16 niños del tramo de edad de cero a tres años.