Los vecinos del Rosal de Ayala han pedido a la policía local que no se descuide en la vigilancia de los ruidos de las pistas de verano, después de que una de ellas cumpliera el pasado 30 julio la sanción de cerrar un día impuesta por el ayuntamiento debido precisamente a las numerosas quejas de los residentes.

El presidente de la asociación vecinal, Agapito Díaz, confesó ayer que tras esta sanción ejemplar "parece que la cosa está más tranquila. El viernes no hemos oído mucho la música, pero a veces parece que la suben no sé por qué motivo".

Aún así, advertía de que los sábados son los peores días e insistía en que la policía debe seguir controlando: "Ya hemos dicho que no tienen que esperar a que nos quejemos los vecinos porque sólo tienen que patrullar por la zona para darse cuenta de si el nivel de ruidos es alto o no".