El Palacio de los Monroy o Casa de las Dos Torres lleva años con un profundo deterioro. De hecho, hace casi cuatro años, el alcalde, Fernando Pizarro, advirtió del riesgo de derrumbe de las cubiertas. Ahora, sus propietarios han presentado un proyecto en el ayuntamiento que contempla la consolidación global del edificio precisamente para evitar que el paso del tiempo acabe con el edificio.

Porque se trata de la casa señorial más antigua de la ciudad, fechada en el siglo XIV, que llegó a acoger la rey Fernando El Católico. Pero su deterioro ha hecho que incluso haya sido refugio de okupas. A raíz de esto, el ayuntamiento instó a los dueños a realizar «obras menores para evitar la presencia de okupas», pero también se les manifestó la obligación de actuar de forma seria para evitar el derrumbe de las cubiertas del edificio.

En su día, se planteó una rehabilitación para transformar el edificio en un restaurante y despachos, pero finalmente no se llevó a cabo. Ahora, los propietarios han presentado en el ayuntamiento un proyecto que contempla la consolidación de las cubiertas, pero también de las escaleras y de los forjados. Será el primer paso para el uso que proyecten a continuación y que, según ha podido saber este periódico, no sería público sino para viviendas.

En todo caso y como ha confirmado el concejal de Urbanismo, José Antonio Hernández, ahora los técnicos municipales tendrán que emitir informes sobre el proyecto presentado y después, se llevará a la comisión del Plan Especial de Protección del Recinto Intramuros. Hernández calcula que tendrá lugar a comienzos del mes de diciembre.

Pese a su antigüedad y valor, la Casa de las Dos Torres no está declarada como Bien de Interés Cultural, aunque en su día, el alcalde señaló que esta era una propuesta que estaba «sobre la mesa y se está valorando», aunque finalmente no se ha materializado.

Nuño Pérez de Monroy mandó construir la casa, de la que hoy solo se conserva la portada. La torre que falta se derribó a comienzos del siglo XX debido a su estado de ruina, ya que resultó dañada en el terremoto de Lisboa de 1755.