A los contenedores de papel y vidrio se suman ahora los amarillos para todo tipo de envases como los tetrabiks, las botellas de leche y agua, las latas de conservas o los paquetes de cigarros que requieren de una separación de la basura en casa, para lo que el ayuntamiento y el servicio de limpieza viaria anunciaron ayer una campaña de concienciación mediante buzoneo.

En el plazo de dos semanas esperan haber distribuido por toda la ciudad los cerca de 330 nuevos contenedores que ya han empezado a verse en algunas calles y que vienen a sustituir a los iglús de tres metros cúbicos que hacían esa función por cuestiones técnicas de la recogida.

Para combatir la comodidad del vecino que se resiste a reciclar su basura porque no tiene uno de los 42 ecopuntos de la ciudad enfrente de casa, el gerente de la empresa concesionaria, Rafael Infante, pidió "echar la bolsa al coche cuando uno se va al trabajo o a la compra porque no huele como la basura orgánica y seguro que de camino se encuentra más de uno". Así pidieron que los vecinos se molesten en recorrer los metros hasta el contenedor antes de abandonar la basura en plena calle además de cumplir los horarios.