Dar una doble vida al plástico, reciclar y concienciar sobre la importancia de mantener nuestro medio ambiente; pero sobre todo, asistir a las familias más necesitadas para que sus hijos puedan acudir a sesiones de fisioterapia y a otros tratamientos médicos no cubiertos por la Seguridad Social. Estos son los nobles fines de la asociación local 'Buscando Sonrisas' de Monesterio, que acaba de enviar un tráiler cargado de toneladas de este residuo, que tras pasar por una planta de reciclaje tendrá una nueva vida.

Conchi Bayón Duqueso, presidenta de este colectivo, ha mostrado su “satisfacción” por haber conseguido enviar este cargamento, “que tanto tiempo y trabajo ha costado obtener”, y por el que, pese a su gran volumen y peso, (6.660 KILOS), apenas recibirán 1.400 euros. Y es que, en tiempo de pandemia, hasta las acciones solidarias tienen su rebaja económica, pues “hemos logrado negociar la tonelada a 215 euros, cuando hasta ahora nos la pagaban a 250”, se lamenta Conchi.

Colaboradores

Colaboradores“Estamos muy agradecidos a todos”, pues estos tapones se corresponden con el depósito solidario de “miles de personas”, durante el tiempo de confinamiento. Ahora, hay que volver a empezar; pero para ello cuentan con la colaboración de decenas de establecimientos comerciales, colegios, particulares y ayuntamientos de la zona, que “están recogiendo tapones entre los habitantes de sus pueblos para hacérnoslos llegar”. Y no son pocos. Este último cargamento cuenta con la colaboración de los habitantes de Monesterio, Fuentes de León, Segura de León, Bodonal de la Sierra, Llerena, Cumbres Mayores, Cabeza la Vaca, Calera de León, Santa Olalla, Arroyomolinos de León, Zufre, Zafra o Fuente de Cantos.

Sirven todos

Sirven todosCualquier tipo de tapón de plástico es útil para este tipo de acción solidaria. Lo importante es “el gesto” de cada persona, su constancia por guardarlos, y de vez en cuando, acercarse a entregarlos hasta el punto de recogida. Después, los voluntarios de la asociación se encargan de recogerlos y almacenarlos, hasta conseguir enviarlos a la planta de reciclado. El proceso es sobre todo, dilatado en el tiempo, pues para reunir una tonelada de plástico en tapones es necesario recoger más de 300.000 unidades. El simple gesto de desenroscar un tapón de su envase, una vez vacío, y guardarlo para fines solidarios, expresa por sí mismo, nuestra preocupación por la protección del medio ambiente, el mejor respaldo al colectivo que promueve esta actividad, y el apoyo para la protección y el cuidado de sus beneficiarios últimos.