MMás de 3.000 personas desalojadas, centenares de hectáreas quemadas, dos importantes carreteras cortadas con colas kilométricas de vehículos y 22 trenes paralizados. Cataluña sufrió ayer los primeros incendios del verano con cinco fuegos que tiñeron de rojo el cielo de Mont-roig del Camp (Baix Camp); Navàs (Bages), Sanaüja (Segarra) y Ulldecona (Montsià). Afortunadamente, al daño ecológico y material no hubo que añadir bajas humanas: solo tres vecinos fueron atendidos por inhalaciones de humo y dos bomberos sufrieron heridas leves en Mont-roig.

De los cinco incendios, fue el de Mont-roig del Camp el que acarreó peores consecuencias. Los equipos de extinción, que apuntaron a una neglicencia o a un acto intencionado como origen de las llamas, se tuvieron que enfrentar a un fuego que antes de quedar estabilizado, a primera hora de la noche, ya había arrasado 315 hectáreas de bosque. La superficie quemada era muy inferior a la de muchos grandes incendios, pero, en cambio, afectó a una zona repleta de urbanizaciones y por la que pasan tres importantes flujos de comunicación: la AP-7, la N-340 y la vía del tren del Corredor del Mediterráneo.

El fuego se inició sobre las 13.15 horas cerca del club de golf Bonmont y fue avivado por el viento que suele soplar en la zona habitualmente. Como consecuencia, varias casas quedaron destruidas, así como dos restaurantes y 14 bungalós, mientras que 2.000 habitantes de dos cámpings (Miramar y Mont-roig) y 1.000 vecinos de cinco urbanizaciones (Sant Miquel, Horta Miami, Masos d´en Blader, Vila Romana y Parque Mont-roig) fueron evacuados y realojados en dos polideportivos y en el cámping Els Prats hasta que pudieron volver a casas y tiendas.

LA FUERZA DEL VIENTO "Fue terrible. El sotobosque, muy seco, y el vendaval hicieron que todo ardiera como la gasolina", explicó el concejal de Mont-roig Ferran Pellicé que, con el alcalde, Fran Morancho, participó desde el primer momento en las tareas de extinción, que no pudieron evitar un gran problema: sobre las tres de la tarde, la AP-7 y la N-340 quedaron cortadas ante el peligro de las llamas, lo que creó un gran atasco en ambas carreteras, con colas superiores a los 30 kilómetros.

Encima, a las cuatro de la tarde se tuvo que cortar la línea férrea del Corredor del Mediterráneo. 22 trenes, nueve regionales y 13 de larga distancia con centenares de viajeros a bordo, quedaron retenidos en Sant Vicenç, Tarragona, L´Aldea y Valencia. Y al estar cerradas la AP-7 y la N-340, no hubo posibilidad de fletar autobuses para trasladar por carreteras a los afectados. Mientras tanto, las carreteras comarcales y locales no pudieron absorber el trafico. A las colas de hasta 30 kilómetros en la AP-7 y la N-340 se sumaron, por efectó dominó, retenciones masivas en el resto de la red viaria.

SEGUNDA ALERTA La gravedad del siniestro, y la coincidencia con otros fuegos declarados en Cataluña, hizo que la Generalitat activara la segunda fase, la más elevada, del plan de emergencia INFOCAT. En Ulldecona (Montsià), donde se sospecha que actua un pirómano, hubo ayer cinco incendios, dos apagados por los vecinos y el resto por los bomberos. Un camión de las fuerzas de extinción volcó y dos bomberos resultaron heridos e ingresados en el Hospital Verge de la Cinta de Tortosa.

Joan Saura, consejero de Interior, señaló que la lucha contra las llamas fue muy complicada y anunció, a última hora de la tarde, que los evacuados podrían dormir en sus lugares de origen al haber pasado el peligro. Xavier Sabaté, delegado del Govern, reconoció que se había hecho frente a una situación "muy difícil y complicada".

Otro gran incendio declarado ayer por la tarde calcinó más de 300 hectáreas de bosque en el término municipal de Navàs (Bages), en la zona forestal conocida como la Obaga de Malagarriga. El fuego, que no provocó heridos ni desalojamientos, se originó en los márgenes de la carretera C-55, entre Súria y Cardona, que quedó cortada en los dos sentidos. Los bomberos movilizaron 54 dotaciones terrestres y 13 medios aéreos, incluidos dos hidroaviones procedentes de Baleares y Zaragoza. El fuego, que se declaró a las 17.21 horas, pudo ser estabilizado anoche, poco después que el conseller de Medi Ambient, Francesc Baltasar, visitara la zona afectada.