El infortunio de unos se convirtió en la oportunidad de otros, ayer, en Melilla. Unos 65 inmigrantes de origen subsahariano trataron de entrar en territorio español aprovechando los daños causados en la valla fronteriza por las fuertes lluvias caídas el fin de semana, unas precipitaciones que han sumido a la ciudad autónoma en el caos.

Los subsaharianos trataron primero de cruzar a la carrera el puesto de Beni Enzar, pero al no conseguir su objetivo aprovecharon que, en una zona muy próxima, las compuertas de la valla se encontraban abiertas para burlar la vigilancia. Al menos 45 sin papeles lo lograron y se dispersaron rápidamente, lo que obligó a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a poner en marcha un dispositivo que permitió localizar a una treintena. "Lograron acceder al interior de la ciudad a través de un cauce anterior, dispersándose posteriormente por distintos barrios de la ciudad", señaló el relato oficial.

Y mientras la población melillense continúa preocupada por las inundaciones, el presidente de la ciudad autónoma, Juan José Imbroda, aseguró que la situación actual de Melilla "está mejor" tras las fuertes precipitaciones que la aislaron por tierra mar y aire. Ayer, las comunicaciones volvían a la normalidad y Imbroda explicó en declaraciones a RNE que los colegios recuperaron la normalidad ya que la situación "es distinta a la de la Melilla de hace unos días con problemas mucho más graves".

De este modo, el presidente de Melilla indicó que en 20 días "han caído casi 270 litros de agua por metro cuadrado", prácticamente un 70% más de la lluvia que cae durante todo el año. Ante esta situación, la ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado, anunció ayer que el viernes el Consejo de Ministros aprobará ayudas para paliar los daños registrados. "Desde el Gobierno de España hemos querido estar aquí, acompañar a la ciudad en estos momentos en los que ha pasado una situación complicada".