La violencia machista ha llegado al umbral de 700 mujeres asesinadas desde el 2003, año en el que se estableció un registro oficial, con datos precisos y circunstancias de las víctimas, como primer paso de lucha contra esta lacra, que en lo que va de año ha acabado don la vida de 42 mujeres. Un negro balance, que según constata el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial, superaría los 829 asesinados por el terrorismo de ETA si se incluyen las 165 mujeres que este organismo contabilizó, aunque con menos precisión, en los tres años anteriores de este siglo desde el 2000.

Expertos y autoridades consideran que las cifras "siguen siendo altísimas" y que si bien la ley integral de violencia de género del 2004, que siguió al registro, fue impecable y pionera en el mundo, en ocasiones la aplicación es deficiente y faltan recursos. Angela Cerrillo, presidenta de la Asociación de Mujeres Themis cita la disminución de las órdenes de protección y alejamiento que se conceden. "Es verdad que también bajan las peticiones y denuncias, porque no se está dando la respuesta esperada a ese paso tan dificil cómo es denunciar y muchas mujeres se plantean: para qué voy a hacerlo si no me van a hacer ni caso", lamenta la jurista. La delegada del Gobierno para la violencia de género, Blanca Hernández, confirma que el 80% de las mujeres que han muerto a manos de sus parejas o exparejas no había denunciado. Y da otro dato: el 25% de los agresores eran extranjeros, cuando esta población es el 11%. "Pero no es una cuestión de inmigrantes sino de violencia en España contra la mujer, porque el 75% de agresores y víctimas, muchísimos son españoles".

FALLO DE EDUCACION Juan Ignacio Paz, psicólogo con 20 años de lucha contra la violencia de género, cree que la ley integral del 2004 fue un arma fundamental, pero echa en falta más medios y dedicación del personal especializado y de los juzgados. "Pero no será posible frenar esta violencia --sostiene-- de la noche a la mañana, porque es instrumental. Cuanto más igualdad hay, los enemigos de ella reaccionan con una violencia más rápida y brutal. Lo que busca el maltratador es mantener, como sea, una esclava". Paz apunta que se registra una tendencia a la baja, "pero no podemos bajar la guardia", porque no se ha hecho una buena educación de la igualdad, ni afectiva ni emocional ni para la vida en pareja. "Nos hemos limitado a la educación sexual. Los videojuegos, canciones y películas siguen mostrando un modelo de pareja con un hombre posesivo, celoso y dominador".

Los expertos también coinciden en que la ley debe ser apoyada con campañas de sensibilización y sobre todo "no recortando recursos".