Aunque el Gobierno era conocedor de la relativa gravedad de la emergencia del Boeing de Air Canadá, el seguimiento mediático de los acontecimientos llevó al ministro de Transportes, José Luis Ábalos, a acercarse a Barajas. Allí elogió «la capacidad de respuesta del país, de las administraciones y de todos los servicios de emergencias» y anunció la apertura de la habitual investigación técnica sobre la causas del incidente que siempre se lleva a cabo en estos casos.

Pocos pasajeros, aún con el susto en el cuerpo, quisieron hacer declaraciones. «¡Qué paz he sentido al tocar tierra!», exclamó uno. Gracias a los tranquilizadores mensajes del comandante, ninguno perdió los nervios pese a algunos mensajes alarmistas que les llegaban por internet.